martes, 20 de diciembre de 2011

Vigésimo Quinto Capítulo: Una tarde para conocerse (Parte Tres)


Subí mi mirada y ví sus hermosos ojos cafés observándome fijamente.
Entré en pánico, no sabía como reaccionar. Para mi suerte apareció el mesero con la bebida, una botella de vino tinto de las más caras, y una canasta de pan.
-La mejor bebida de la casa. -dijo.
-Gracias. - respondió Gonzalo.
El mesero servía el vino en las copas cuando Gonzalo empezó a hablar...
-A ver, tocás la guitarra, te gusta el fútbol, sos hermosa y... ¿qué otras cualidades tenés?- dijo, aún sosteniendo mi mano.
-Mmm... Ay No sé. - dije mientras ponía una cara de apenada.
-¿Cómo que no sabés? - dijo. - A ver, empecemos con lo básico. Cuál es tu color favorito?
-¿Se valen tres?- pregunté.
-Se valen todos los que querás. - respondió sonriendo.
-Bueno, entonces, el verde limón, el turquesa y el azul. - le dije.
-Anotado. -dijo.
Justo cuando él iba a empezar a hablar nuevamente llegó el mesero con nuestra comida.

Él soltó mi mano para agarrar los cubiertos, así que hice lo mismo.
-Espero no seás de esas chicas a las que las dá miedo engordar. - dijo.
Me reí discretamente. -No, no. Yo como lo que sea.- respondí.
-Perfecto!- dijo él llevándose el tenedor a la boca.
Hice lo mismo que él y luego bebí un sorbo de vino.
-¿Están buenos?- preguntó.
Asentí con la cabeza.
-Y tenés que probar el postre. - dijo sonriendo con la comisura de los labios.
-Okay. - le dije sonriendo.

Empezaba a hacerse tarde.

-Ah, sí. Te dije que este era un lugar especial, ¿no?- dijo.
Asentí con la cabeza. Tomó mi mano levantándome de mi asiento y llevándome al borde cercado de la colina.
-Mirá. - dijo señalando dos montañas que se cruzaban en un punto formando una "v".
Fue en ese momento en el que el sol empezaba a ocultarse y sus últimos rayos pasaban por esa "v". Era una imagen tan hermosa.
-Wow... - dije.
-Te dije que este lugar era especial. - dijo. - Ahora el postre.- añadió.
Lo volteé a ver y le sonreí.
-Me tomó de la mano y me llevo de vuelta a nuestra mesa.

A eso se refería con "paciencia". Si las cosas que de ahora en adelante presenciaría estando con Gonzalo iban a ser así de hermosas, tendría TODA la paciencia del mundo.


Perdón por lo súper atrasado :S

lunes, 1 de agosto de 2011

Vigésimo Quinto Capítulo: Una tarde para conocerse (Parte Dos)

No podía apartar mi mirada de él. Y es que él era tan perfecto...
Aún no lograba comprender como me había enganchado de él así de rápido, no era lógico, al menos para mí.
-Debería bajar mi mirada y dejar de ser tan obvia? - dije para mis adentros.
Se detuvo a preguntar por su reservación.
-Está a nombre de Gonzalo Higuaín.- dijo con un tono serio pero amable.
Yo solo lo observaba, observaba como movía los labios al hablar, como parecía tener el control de todo, lo observaba en todo su redentor cuando me interrumpió. Bajé la mirada y me mordí el labio...
-Tengo algo en la nariz?- dijo llevándose las manos al rostro.
-No, no es nada.- dije sonrojada.
Ambos nos miramos por unos instantes, luego, el mesero nos llevó a la mesa reservada
Gonzalo era todo un caballero, me apartó la silla para que pudiese sentarme, me dejó ordenar primero...
-Pedí lo qué querás.- dijo - Te recomiendo los ravioles.
Le sonreí. - Entonces eso pediré.- dije manteniendo la sonrisa.
-Yo pediré lo mismo.- dijo entregándole los menús al mesero. -Y traiga la mejor bebida de la casa, por favor.
-No planeás embriagarme, verdad?- dije.
-No. Voy a cuidarte, no a embriagarte... Mi intención es verte sobria, conocerte. - dijo sonriéndome.
Bajé la mirada y sonreí.
Fue entonces cuando mi teléfono empezó a sonar.
-Te molesta si contesto?- pregunté.
-No, dale.- dijo.
Jalé mi bolso, para colmo no encontraba mi teléfono por lo que tuve que abrirme paso entre el bolso sacando algunas de mis pertenencias...
-En dónde estás?! - era Phoebe.
-Te dejé una nota en la mesa de la sala.- dije.
-No hay ninguna nota! - dijo.
-Tal vez se cayó, revisá bien.- contesté.
-Ya... ya la vi.- dijo - En fin, en dónde estás?
-Después te digo, lo importante es que estoy bien, tranquila.- dije.
-Ash. Está bien, pero no regresés tarde.- dijo.
-Te lo prometo.- dije y colgué el teléfono.
Entre las pertenencias que saqué de mi bolso estaba mi llavero, que ahora reposaba en las manos de Gonzalo.
-Te gusta mucho el fútbol, no?- dijo mientras jugaba con el llavero. Éste tenía las insignias de mis equipos favoritos...
-Fueron un regalo de mi papá hace algunos años. - dije sonriéndole.
-Hincha de River.- dijo. -Con razón me traes loco.
Me sonrojé.
-Hincha de River desde que recuerdo, HE. -dije.
-Ese "HE" es lindo.- dijo tomándome la mano.
-Para mí es sólo otro tic.- dije.
-Un tic te hace única, además es linda la manera en la que lo pronunciás.-dijo.

No era necesario el alcohol, él solo me estaba embriagando. Tanta dulzura, tanta galantería no debería de ser buena para la salud, él me tenía colgada, enganchada y yo sin duda terminaría con resaca.

jueves, 30 de junio de 2011

Vigésimo Quinto Capítulo: Una tarde para conocerse.

-Qué linda qué estás.- dijo sonriendo.
Sentí como mi cara se sonrojaba.
-Gracias...- le dije un tanto avergonzada.
Bajamos el elevador y llegamos a la entrada del edificio. Su carro esperaba por nosotros...
-Es increible...- dije.
-El Audi?- preguntó aún sonriendo.
-Sí. Me fascinan los carros, en especial éste.- dije sin quitarle la mirada al Audi R8 color blanco.
-Ya es algo que tenemos en común. Pasá, sentáte. - dijo abriéndome la puerta del copiloto.
Me subí y el se subió rápidamente del lado del piloto. Arrancó el motor y nos vimos en camino a no sé donde.
-Te gustan los carros y qué más?- preguntó viéndome de reojo.
-Pues... Los carros, los deportes, leer, reír, pero más que nada la música. - dije.
-Por qué más que nada la música? - preguntó.
-No lo sé, creo que es por instinto. A quién no le gusta la música después de todo, no? - dije.
Sonrió.
-Además de que toco el piano y la guitarra. - añadí tratando de sonar más interesante.
-En serio? Podés enseñarme a tocar la guitarra, entonces? Compré una y la tengo en mi pieza, les digo a todos que sé tocarla pero es mentira... shhh. - dijo sonriendo y viéndome de reojo.
-Jaja. En serio? Con gusto te enseño. - le respondí sonriendo.
- Y qué más?- preguntó.
-Y deportes dijiste? Jugás fútbol? - dijo.
-Lo jugaba en la primaria y parte de la secundaria, pero nunca como vos. - dije.
-Jaja. Cómo yo? - dijo.
-Sí, profesionalmente y tan excelente y fácil como lo hacés ver. - dije.
Se detuvo en un semáforo.
-Te habían dicho lo linda que sos? - dijo inclinándose hacia mí.
No le respondí, bajé la mirada y torcí la boca en forma de sonrisa. Nuevamente, me sonrojé. Se inclinó un poco más e intentó besarme, hasta que la luz dio verde y el carro de atrás empezó a bocinar.
Vi como hizo una mueca de frustración y volvió a tomar el volante.
-Amm. A dónde es que vamos? - le pregunté.
-Quiero llevarte a un lugar especial. Ya lo verás. - dijo.
Asentí con la cabeza y volví a ver el frente.
-Habláme más de vos. Tenés una beca.- prosiguió.
-Sí, en ciencias de la comunicación. Quiero ser periodista o algo así. - dije.
-Te daré mis exclusivas si lográs convertirte en periodista. - dijo viéndome de reojo otra vez.
- Gracias, he. - le respondí sonriéndole.
De repente empezó a estacionarse.
-Llegamos.- dijo.
Se bajó del carro y cual caballero me abrió la puerta nuevamente.
Me bajé del carro y vi que estábamos en una especie de colina. Logré divisar algunos asientos y sombrillas que se asemejaban a los de algunos restaurantes.
-Un restaurante? Este es el lugar especial? - dije para mis adentros.
- Sé que no parece nada extraordinario pero... Paciencia.- dijo, tomándome de la mano.
Asentí con la cabeza mientras lo veía a los ojos.

Paciencia. Supuse que esa sería la palabra adecuada para lograr entender y descifrar a que me llevaría todo esto, nunca me había molestado esperar, siempre había sido alguien paciente y si esta espera lo involucraba a Gonzalo, sería todo un gusto esperar.

martes, 3 de mayo de 2011

Vigésimo Cuarto Capítulo: Presentimiento

El día transcurrió tranquilamente.
Phoebe salió a comprar comida mientras yo mataba el tiempo usando la laptop.
Su nombre aún resonaba en mi mente Gonzalo, se oía al fondo de mi cabeza. Intentaba olvidarme de su nombre, de su apariencia, de su sonrisa, de su voz, y es que no era posible el enamorarse de alguien así, así de rápido, mi mente no lo concebía. Siendo una persona demasiado realista, eso no me parecía lógico.
-Nah. Buscáte un oficio...-me decía para mis adentros.
Pero no sólo eso, la voz de Fernando también resonaba en mi mente, no con la misma fuerza con la que sonaba el nombre de Gonzalo en mi mente, pero si pensaba en ambos. Claro, siendo Fernando así de atractivo, era inevitable pensar en él, pero con Gonzalo era diferente, como ambos habíamos dicho, entre ambos había una conexión, y una muy fuerte.
No de casualidad Phoebe me había llevado a ese club, no de casualidad yo había aceptado ir. Siempre he pensado que todo en la vida tiene un propósito, y claro, el llegar a España y conocer a un futbolista de la talla de Gonzalo Higuaín por coincidencia, simplemente no lo era, no podía ser justamente una coincidencia, había algo que me había traído hasta acá, y lo había hecho con un propósito.
Fue ahí cuando alguien tocó a la puerta.
-Será...?-me dije.
Abrí la puerta y era una chica preguntando por el apartamento de una tal Leonor Navas, no lograba descifrar las letras con la dirección del apartamento que buscaba, puesto que la tinta estaba corrida.
-Lo siento, no sé como se corrió la tinta, hoy en la mañana estaba perfectamente escrito y agh. No lo sé...-dijo la chica mostrándose frustrada.
-No, no, no te preocupes.Según parece acá dice 7C, eso está en el tercer nivel.- le dije.
-Muchísimas gracias.-dijo la chica. -Veré si es ese el apartamento.
-De nada.- le dije sonriendo y cerré la puerta.
Me sentí frustrada al cerrar la puerta, tenía la esperanza de que fuera El Pipita, así de colgada de él estaba.
Me dirigí a mi asiento nuevamente pero volvieron a tocar la puerta, así que regresé...
-Hola? - dijo sosteniendo un gran ramo de flores.
Me quedé en shock, pero logré articular algunas palabras.
-Ho-Hola! - dije.
-Estás bien?- dijo.- Sos alérgica al polén o algo?
-No, no. Estoy bien, gracias por preguntar.- dije.
-Eh. Puedo entrar?- dijo él.
-Sí, sí. Claro, disculpá. - dije.
-Si recibiste mis flores.- dijo al verlas en la mesa de la cocina.
-Sí, me encantaron, gracias.-dije sonriéndole.
-No sabía si te gustaban las flores, así que mandé rosas porque bueno, a toda mujer le gustan las rosas rojas, no? -dijo.
-Jaja. Supongo que sí.- dije.
Gonzalo tomó asiento en el sofá grande y yo me senté en el sillón de la par.
-Te puedo ser sincera?-dije.
-Sí, sí.- dijo él.
-Qué hacés acá?-dije.- Lo siento si soné agresiva o algo.
-No, no, no sonasté mal. Amm. Supongo que me memoricé el recorrido de anoche y quise venirte a ver. No pude dormir pensando en vos.- dijo.
Pude sentir como me sonrojaba y al mismo tiempo mi corazón latía fuertemente.
-Pero, no me conocés. Ni yo a vos, sólo sé que sos Gonzalo Higuaín, ex jugador de River, actual delantero del Madrid, es lo más que sé de vos.- dije.
-Tenemos toda una tarde para conocernos. Venís conmigo? - dijo extendiéndome su mano.
Lo miré hacia arriba y me mordí el labio en señal de estar pensando. Luego, lo tomé de la mano...
-Vamos.- dije.
Le dejé una notita a Phoebe en la mesita de la sala.
-Salí un rato, ya regreso. Luego te cuento. - decía la nota.
Tomé mis llaves y me fui con Gonzalo. Una vez más, mi "sexto sentido" no había fallado; sabía que vería a Gonzalo esa tarde, estaba convencida de que lo haría. Poco a poco iría conociendo el porque de mi llegada a España.

lunes, 25 de abril de 2011

Vigésimo Tercer Capítulo: El día después (Parte Tres)

Me deleitaba en la voz de Fernando. Como dije, era una voz irresistible y también lo era su apariencia. Él captaba tanto mi atención que no me di cuenta de que me había hecho una pregunta.
-Ah? Decías...-dije, saliendo de mis pensamientos.
Él se rió con ligereza.-Qué note que tu acento es diferente...De hecho el de tu amiga también. ¿De dónde es que son? - dijo.
-De Guatemala.-Respondí con una sonrisa.
-¿Hace tiempo que se conocen? Perdona mi incumbencia.-dijo.
-No, no. Está bien. No te disculpes.-dije.-Phoebe y yo nos conocimos hace más o menos unos cuatro años, mientras estudiábamos música.
-Par de artistas.-dijo sonriendo.
-Jeje. Algo así, yo toco la guitarra y piano, y Phoebe también toca el piano y sus propios acordes en la guitarra. -le dije sonriendo.
¡Eso es excelente! Además de guapas, talentosas.- dijo con una gran sonrisa.
-Gracias.- dije algo sonrojada.
-¿Estudiarán en la Autónoma de Madrid, no?-dijo.
-Sí, ambas en ciencias de la comunicación.-respondí.- ¿Tú estudias ahí?
-Sí. Estudio Psicología.- dijo.
Fernando vio su reloj.- Ya debería de irme, tengo cosas que hacer.- dijo.
-Oh. Ok.- dije levantándome de mi asiento.
-Oh. Casi lo olvido.- dijo semi abriendo la puerta. -¿Ya recorrieron la ciudad? Porque yo podría ser su guía.
-Sí, salimos a recorrerla ayer en la noche, pero tener un guía sería genial. - dije.
-¡Claro! Si gustan podría enseñarles la ciudad mañana o... Ustedes toquen mi puerta y yo con gusto se las enseñaré.- dijo sonriendo.
-Lo tendremos en mente, gracias.- dije sonriendo de vuelta.
-Nos vemos, fue un gusto. Por cierto, mi puerta es esa.- dijo señalando la puerta 15B. (La nuestra era la 12B)
-Ok, gracias.- le dije mientras él se alejaba hacia su puerta.

Cerré la puerta de nuestro apartamento y justo Phoebe salió del baño.
-¿Ya se fue? - preguntó.
-Ya. HE'S HOT.- dije en un tono más bajo, casi susurrando.
-¡Yo sé! Por eso me arregle, no quería que me viera en pijama.- dijo Phoebe.
-Y dijo que nos enseñaría la ciudad.- dije.
-¿De veras? ¡Genial!-dijo.- ¿Y qué le dijiste?
-Qué eso sería genial.- respondí.
-Me alegra saber que esta vez no lo arruinaste.- dijo Phoebe.
-Ay. Por favor...- dije.
Phoebe se tumbó en el sofá y abrió su laptop, yo me dirigí a la cocina por un vaso de agua. Justo cuando tomaba mi agua su nombre vino a mi mente... Gonzalo. Su nombre resonaba en mi mente cada vez más,y luego tuve el presentimiento de que volvería a verlo esa tarde.




Hola chicas y también chicos lectores (si es que los hay)! Quiero disculparme por tardarme tanto en subir un nuevo capítulo pero UF! He estado re ocupada con el colegio y las demás razones que les había descrito tiempo atrás, espero me disculpen. Y bueno, ya empezaré a publicar más seguido, porque déjenme contarles que acá empieza lo bueno, haha. Bueno, espero les haya gustado este nuevo capítulo, gracias por sus tweets y comentarios :)  
                                                                                                              -Adda 

viernes, 11 de marzo de 2011

Vigésimo Tercer Capítulo: El día después (Parte dos)

En ese momento salió Phoebe de su cuarto.
-Buenos días.- dijo aún adormitada.
-Buenos días. - le contesté.
-Qué es eso?- dijo al ver el ramo de flores.
-Amm... Flores? - le dije.
-Mch. Obvio que sí, pero de dónde las sacaste? - dijo.
-Las enviaron.- dije.
-Son para vos, entonces?- dijo.
-Supongo que sí porque el mensajero pregunto por Adda.- dije abriendo la tarjetita.
-Dejáme ver! Dejáme ver! - dijo emocionada.
Le extendí la tarjeta y ella me la arrebató.
-Y si no me la arrebatás? - dije sarcásticamente.
-No mirás que estoy emocionada por vos? - dijo abriéndola.
Sólo me quedé parada ahí mientras Phoebe leía la tarjetita.
-Gonzalo....? - dijo.
-No... Íker Casillas. - le dije sarcásticamente.
-Ay! Perdón.- dijo.
-No es justo!- dijo.
-JAJA. Y por qué no es justo?- pregunté.
-Vos recibís algo de Gonzalo la mañana siguiente a conocerlo. Y yo qué? Ni señas de Sergio! - dijo.
-JAJAJAJA! Tranquila. Más de alguna señal dará. - le dije.
-Tendré fe. - dijo.
-Me voy a bañar. - dije.
-Sí, dale.- dijo Phoebe.

Salí de bañarme y arreglarme cuando vi a Phoebe hablando con un chico de pelo castaño oscuro, aparentemente alto, sentado en el sofá.
-Hola? - dije asomándome.
-Hola! - dijo el chico.
-Uh! Por cierto, ella es mi compañera de apartamento. - dijo Phoebe levantándose de su asiento.
-Mucho gusto - dijo el chico. - Me llamo Fernando.
-Mucho gusto Fernando. - dije.
-Ella es Adda. - dijo Phoebe.
-Bonito nombre- dijo Fernando.
-Amm. Lo siento, ando un poco ida. - le dije.
-No te preocupes. - dijo él, mostrando una sonrisa impecable.
-Disculpen, yo ahorita regreso.- dijo Phoebe.
-Adelante. -dijo Fernando.
Ambos nos quedamos solos en la sala, al principio hubo un silencio que se vio interrumpido por ambos...
-Tú - dijimos ambos al mismo tiempo.
-JAJA, perdón. Decías?- me dirigí a él.
-Vivo en el departamento de al lado. Escuché que se habían mudado dos personas a este departamento y pensé en venir a dar la bienvenida. - dijo.
-Oh! Gracias. - le dije sonriendo.
-Así que... Bienvenidas.- dijo el sonriendo.
-Gracias, es muy lindo de tu parte. - dije.

Era imposible negarlo. Fernando era hermoso, tenía una sonrisa perfecta, una voz que derretía y era súper amable y encantador. Tenía un carisma que me atraía, un carisma que era imposible ignorar. Y siendo sincera, me atraía fatalmente.

martes, 1 de marzo de 2011

Vigésimo Tercer Capítulo: El día después

Desperté. Estaba en un cuarto de paredes blancas y verde claro.
Este no es mi cuarto- pensé.
Miré a mi izquierda y ahí estaba Gonzalo, recostado sobre la cama en la que estaba yo. Moví mi mano y fue ahí cuando vi que estaba entrelazada con la de él. Aparentemente mi movimiento lo hizo despertarse de golpe...
-Despertaste!-dijo emocionado.
No comprendía que pasaba, así que sólo lo miraba confundida.
El seguía emocionado, besándome, abrazándome y demás. Noté que sus ojos se humedecían mientras me veía.
-Amm. No entiendo... Qué pasó?- dije con tono confundido.
-No recordás?-dijo.
-No.- le dije.
-Pasó que...
La bocina de un carro me despertó. Me senté en la cama...
-Ah?- dije.- Fue un sueño, entonces.- dije en voz alta.
Sacudí la cabeza y vi mi celular. Eran las 9:30 am.
Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina. Phoebe aún dormía por lo que procuré no hacer mucho ruido.
Fue cuando tocaron el timbre del departamento.
-Estoy hecha huevo! - dije para mis adentros.
Como pude me peiné con las manos, medio me arregle el pijama y abrí la puerta.
-Buenos días señorita.- dijo un chico de unos 19 años más o menos.
-Amm.. Buenos días. - le respondí.
-Usted es Adda... No dice su apellido acá.- dijo.
-Adda? Sí, esa soy yo.- dije.
-Esto es para usted, entonces. - dijo extendiéndome un ramo de flores.
-Para mí? - dije.
-Sí. Qué tenga un buen día! - dijo el chico y se retiró.
Hice cara de confundida y cerré la puerta. Vi el ramo de flores, rosas rojas para ser más exacta , tenía una carta en medio.
-Espero te gusten. Aún no sé cual es tu flor favorita, es más, aún no sé si te gustan las flores. Asumí que sí, así que te las envié. Qué tengás un lindo día. Att: Gonzalo
Era posible? Aún no me reponía de la noche anterior. Aún pensaba que era un sueño, las flores me comprobaban que todo era real. Todo parecía de película, sólo esperaba no todo fuera como una. Drama, drama y más drama. Sí esto era real, quería que fuera para bien y que me dejara la mejor experiencia de mi vida.